Esta mañana, al despertar y revisar las noticias, me encontré con que la filtración de Sora estaba causando gran revuelo en X (anteriormente conocido como Twitter). Tras investigar un poco, descubrí que alguien había subido directamente a Huggingface la interfaz que OpenAI había proporcionado a los artistas en una fase de pruebas cerradas, permitiendo que cualquiera pudiera usarla. Después de este incidente, OpenAI anunció la suspensión del acceso a Sora y comenzó una investigación sobre lo ocurrido. ¿Qué sucedió para que esto se convirtiera en un escándalo? A continuación, haré un repaso de este evento.
Sora es una nueva herramienta de generación de videos con inteligencia artificial lanzada por OpenAI. En sus primeras etapas, OpenAI ofreció acceso gratuito a esta herramienta a cientos de artistas con el objetivo de mejorar el sistema a través de su retroalimentación. A cambio, estos artistas no solo pudieron experimentar con tecnología de vanguardia, sino que también tuvieron la oportunidad de mostrar los videos que creaban en exposiciones públicas. Sin embargo, durante el uso de la herramienta, los artistas notaron que el trato de OpenAI era injusto, especialmente en cuanto a la compensación económica por su trabajo y la recompensa por sus contribuciones.
Un grupo de artistas inició una protesta colectiva, declarando públicamente que OpenAI no les había dado una compensación adecuada por su trabajo no remunerado, y que en cambio los había utilizado como "marionetas publicitarias" para mejorar su imagen corporativa. Estos artistas consideraron que, si bien OpenAI les otorgó lo que llamaban "acceso anticipado", durante el proceso de proporcionar retroalimentación, probar errores y crear obras experimentales, no recibieron ningún tipo de compensación económica.
Para llamar aún más la atención sobre este problema, los artistas filtraron el acceso a Sora al público y crearon una página web que permitía a cualquiera usar la herramienta para generar videos. Aunque la página estuvo disponible solo durante tres horas, su impacto fue significativo y generó una discusión amplia. Aquí está el enlace (aunque cuando publico este artículo, ya no funciona): https://huggingface.co/spaces/PR-Puppets/PR-Puppet-Sora
Tras el incidente, OpenAI reaccionó rápidamente y suspendió el acceso de todos los usuarios a Sora, anunciando que se llevaría a cabo una investigación. Niko Felix, portavoz de OpenAI, declaró lo siguiente en un comunicado: "Aunque los artistas que participaron en las pruebas lo hicieron de forma voluntaria, su retroalimentación y trabajo experimental fueron fundamentales para el desarrollo de Sora. Miles de artistas participaron en el desarrollo de Sora, ayudándonos a identificar nuevas funciones y medidas de seguridad", dijo. "La participación fue voluntaria y no se exigió retroalimentación obligatoria."
A pesar de que OpenAI insistió en que la participación fue voluntaria, los artistas consideran que sus contribuciones no fueron debidamente compensadas, y creen que detrás de esta "voluntariedad" se esconde un trato injusto hacia su trabajo.
Esta protesta es especialmente notable en la industria de la IA porque, en los procedimientos tradicionales de pruebas de IA, los participantes suelen tener que firmar acuerdos de confidencialidad (NDA) y las empresas controlan estrictamente cualquier retroalimentación pública. La "filtración" realizada por los artistas rompió con esta norma, y muchos en la industria señalaron que este tipo de crítica pública es algo extremadamente raro. A través de su acción, los artistas desafiaron la forma en que las empresas gestionan la circulación de información durante las pruebas de usuarios, exigiendo más transparencia y responsabilidad.
Los artistas dejaron claro que no están en contra del uso de la IA en la creación artística, sino en contra del trato recibido por OpenAI hacia su trabajo. En su declaración, mencionaron: "No nos oponemos al uso de la tecnología de IA en la creación artística; si estuviéramos en contra, probablemente no habríamos participado en este proyecto". A pesar de que su participación ayudó a OpenAI a mejorar el producto, los artistas exigen más recompensas y no quieren ser vistos solo como una "herramienta de relaciones públicas" para la empresa.
Además, los artistas lanzaron una carta pública llamando a más personas a prestar atención al asunto. Hasta ahora, casi 100 personas han firmado para apoyar esta iniciativa.
Cabe señalar que no todos los artistas que participaron en las pruebas de Sora están de acuerdo con la postura de los manifestantes. El músico André Allen Anjos (conocido como RAC) expresó en una entrevista que la mayoría de los participantes estaban emocionados con el proyecto y creían que el equipo de OpenAI "estaba haciendo lo correcto". Aseguró que los artistas fueron respetados durante el proceso de pruebas y que la experiencia fue positiva. Debido a que los participantes firmaron acuerdos de confidencialidad, no pudo compartir más detalles, pero dejó claro que no apoya la postura de los protestantes.
De hecho, antes de las pruebas públicas, Sora ya había generado controversia debido a problemas potenciales de privacidad y el uso de datos. Mira Murati, ex CTO de OpenAI, evitó en público responder a preguntas sobre si Sora había utilizado videos de YouTube para entrenar el modelo, lo que generó una discusión adicional sobre la herramienta.
La tecnología y el arte deben ser una relación mutuamente beneficiosa, no un proceso unidireccional. La IA puede aportar nuevas posibilidades a la creación artística, pero si se ignoran los derechos legítimos de los creadores, esa fusión entre tecnología y arte pierde su equilibrio. Esta mentalidad de "dar" revela el menosprecio de las empresas hacia las contribuciones de los creadores, y finalmente refleja una mala comprensión del valor de los creadores. En cuanto a cómo OpenAI maneje esta situación, espero que puedan mejorar, especialmente en encontrar un equilibrio entre el código abierto y los derechos de los creadores. Finalmente, su llamado a la apertura del código es algo que valoro profundamente, ya que el código abierto fomenta el intercambio de tecnología e innovación, permitiendo la participación de más personas y acelerando el desarrollo de toda la industria.